
De repente me encontraba en aquel acantilado, aquel sitio al que tanto temía y me atormentaba.
Sabía que si daba un paso al frente caería por el precipicio y ese sería el final de mi existencia, pero si daba un paso atrás sería deborada por aquella fiera cargada de odio y dolor.
Que pena...veía como todos mis sueños se iban rompiendo como un delicado papel de seda, ser libre, feliz, formar una familia, notar que alguien me quiere, que me cuida...pero ¿Qué puedo hacer? la gente habla pero no entienden nada , hasta que no lo vives no puedes comprenderlo.
¡Pam!¡pam!¡pam! ¡levánta maldita zorra y prepárame el maldito desayuno!
Sabía que aquel día era mi momento, tenía que despertar y salir corriendo, estaba cansada de sus golpes, de sus gritos, de su desprecio; no puedo más, estoy asfixiándome y sólo yo tengo el remedio, cuando esté entretenido correré hasta la comisaría y lo voy a denunciar y lo van a encerrar...porque necesito ser libre, necesito ser feliz, quiero ser feliz, pero sobre todo...me merezco ser feliz.
1 comentario:
Me parece que es un tema, tristemente, a la orden del dia y que lo has transmitido muy bien; cuando empiezas a leer ni te imaginas el tema del que va a hablar. Te felicito por el trabajo.
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